Brigadistas Milpaltenses
MUJERES DE LA TIERRA
Malacachtepec Momoxco, un pequeño acercamiento…
En el extremo sur de la Ciudad de México se encuentra Milpa Alta, comunidad indígena de origen nahua que, desde tiempos ancestrales, detenta un territorio de aproximadamente 28 mil hectáreas.
Según el investigador Roberto Bonilla “la superficie total de tierras comunales en Milpa Alta, sin incluir a los ejidos, es de 26 913 hectáreas, que representan 94.5%; mientras que los ejidos suman un total de 1042.7 hectáreas”. Actualmente es considerada la segunda alcaldía con mayor superficie territorial; de acuerdo con datos del INEGI, Instituto Nacional de Estadística y Geografía, representa el 19.06% de la superficie total de la Ciudad de México.
Los modos y formas de organización comunitaria en “Malacachtepec Momoxco” aún están sustentados en el carácter de la tierra comunal y ejidal que prevalece en la comunidad. Milpa Alta está conformada geopolíticamente por 12 pueblos; nueve mantienen una propiedad comunal y son considerados originarios, mientras que los tres pueblos restantes son de carácter ejidal y la historia oral dice que se asentaron tiempo después del surgimiento del señorío de Malachtepec Momoxco.
La comunidad detenta una gran extensión de tierra boscosa, que ha sido conservada y defendida por sus habitantes en distintos periodos históricos. Hoy por hoy algunos comuneros, comuneras y avecindados se han dado a la tarea de conservar el territorio. Desde distintas trincheras se organizan para proteger y salvaguardar su cultura nativa, la memoria histórica de sus pueblos, así como sus recursos naturales.
Entre los trabajos más importantes para salvaguardar los recursos naturales, se encuentran las labores que realizan las brigadas comunitarias de Milpa Alta. Hombres y mujeres dedican jornadas enteras a recorrer y cuidar los montes comunales. La Dirección General de la Comisión de Recursos Naturales (DGCORENA) afirma que en dicha comunidad laboran 1,374 brigadistas, conforman 34 cuadrillas y perciben un incentivo simbólico que oscila entre los 6 y 8 mil pesos mensuales. La mayoría de los grupos están integrados de forma mixta; no obstante, sólo el 25% son mujeres de diversas edades que colaboran en las acciones de vigilancia, conservación y restauraciones de los bienes comunales.
Comunal San Pablo Uno
Trabajar diariamente Enel monte realizando labores de restauración y conservación no es una tarea fácil. Implica largas jornadas de trabajo, gran esfuerzo físico, condiciones adversas y muchas veces arriesgar la seguridad la integridad física; sin embargo, las brigadas de la Comunal San Pablo Uno, afirman sentirse orgullosas de su labor. Para ellas, cuidar las arboladas, restaurar caminos, prevenir y combatir incendios son tareas muy importantes para la conservación del bosque.
Para estas mujeres, subir diariamente al monte representa el amor y compromiso que tienen a su tierra, todas coinciden en que se debe cuidar la herencia que les dejaron sus abuelos y abuelas, saben que en sus manos tienen una gran responsabilidad y por ello en muchas ocasiones han desafiado los roles de género impuestos en la comunidad, por ejemplo, la designación de tareas y espacios que deben ocupar las mujeres; se han enfrentado a la crítica y señalamientos de sus vecinos y conocidos; no obstante, con el paso del tiempo, han creado procesos de sensibilización en los que a partir del diálogo con la comunidad y visibilizar su trabajo, han sido aceptadas y reconocidas en sus pueblos. No ha sido una tarea fácil pero cada obstáculo que han enfrentado les ha brindado mayor fortaleza y aprendizaje.
Sobre sus labores …
A lo largo del año las brigadistas de la Comunal San Pablo Uno, llevan a cabo diversas actividades. En temporada de estiaje realizan labores de combate y prevención de incendios. Las quemas controladas por cuadrantes son parte de las actividades que realizan durante este periodo, con la finalidad de contener futuros incendios.
A pesar de que su labor es titánica, la mayoría de las veces cuentan con nulo equipo y herramientas necesarias para desempeñarse de manera óptima, algunas mencionan que sus condiciones laborales son precarias y no cuentan con seguridad social; también afirmaron de manera reiterada que necesitan capacitación medica y de primeros auxilios, porque algunas de sus compañeras han sufrido y no ha podido auxiliarlas de manera adecuada; así mismo señalan que necesitan mayores recursos para destinar tiempo completo al trabajo que aman sin sufrir la incertidumbre económica. Finalmente piden a la comunidad de Milpa Alta que valoren sus bosques y se acerquen a las brigadas de restauración y conservación para participar de manera colaborativa en la defensa del monte.
Este foto reportaje se realizó durante el Diplomado Comunicación Comunitaria, Intercultural y de Género para la Paz. noviembre 2020 – marzo 2021
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