Por: Yolotzin Zamora Méndez.
En el municipio de Cuetzalan del Progreso, municipio de la Sierra Norte de Puebla desde hace más de cuarenta años se desarrollan proyectos innovadores desde la organización comunitaria en vinculación con cooperativas y organizaciones de la sociedad civil dirigidas a la población joven indígena.
A raíz de esa preocupación, de los abuelos y adultos, se han fortalecido liderazgos de mujeres y hombres jovenes indígenas que desean seguir fortaleciendo el tejido social de su comunidad y continuar con los principios ancestrales para lograr un buen vivir en su territorio.
En el mes de abril, a partir de la inquietud de un grupo de jóvenes, que participan en la estructura organizativa de sus comunidades y en diversas organizaciones sociales del municipio, decidió crear un espacio de y para juventudes que denominado “Kitxi la Red: juventudes de la Sierra nororiental de Puebla” el cual pretende ser un espacio de colaboración y comunicación para jóvenes de la región, de 16 y 35 años, en donde ellos mismos organizan actividades culturalmente pertinentes para impulsarán sus sueños y visualizarlos como actores sociales importantes.
Una de las primeras actividades en las que participaron, tanto como asistentes pero también como co- convocantes, fue en un proyecto denominado “Caravana de juventudes rurales: Sierra Norte de Puebla y Península de Yucatán”, la cual se llevó a cabo del 23 al 26 de mayo de 2019, congregando a juventudes de organizaciones de base de Cuetzalan, Puebla, Hopelchen, Campeche y Sanahcat,Yucatán.
Dicho proyecto se planteó ser un proceso colaborativo en el cual se convocaron y articularon diversos actores sociales quienes hacen incidencia, estudian y trabajan con jóvenes rurales en diferentes procesos y contextos.
Fue un proyecto piloto, que tuvo como objetivo detonar la reflexión sobre cómo crear redes entre la juventud, con el fin de que ellos mismos se empoderen y visibilicen.
A través de esta actividad se buscó que las juventudes participantes, maseual, mayas y mestizas, pudieran apropiarse de las narrativas que existen sobre ellos, explorar y documentar las diferentes realidades que enfrentan e identificar los retos que comparten, y de esta manera, con el apoyo de sus aliados, organizaciones locales, nacionales e internacionales, pudieran llegar a ser protagonistas de sus propios procesos organizativos y empezar a organizarse para incidir mejor en la búsqueda de su bienestar.
A lo largo de 4 días de la Caravana, más de 60 jóvenes intercambiaron experiencias sobre las formas en las que participan en sus comunidades y organizaciones de base, las formas de vivir y producir usando prácticas agroecológicas, y las inquietudes por el cambio climático y las amenazas territoriales.
La Caravana de juventudes rurales partió del municipio de Cuetzalan del Progreso, con 10 jovenes maseual, posteriormente se unieron 3 originarios de la ciudad de México. El jueves 23 de mayo del 2019 se trasladaron a la comunidad de Sanahcat, Yucatán para intercambiar experiencias con juventudes mayas pertenecientes a la organización denominada U Yich Lu’um. En este encuentro reflexionó sobre la importancia de organizarse y que se deben priorizar los espacios inter y multidisciplinarios, la importancia de las alianzas para el manejo y conservación de los bienes naturales; la incidencia en la política pública local, nacional e internacional y el trabajo comunitario con perspectiva intergeneracional con la niñez.
El segundo día, 24 de mayo de este mismo año , visitaron las instalaciones de la organización Indignación A.C., en la comunidad Chablekal, Yucatán, en donde las juventudes maseual, mestizas y mayas conocieron las disputas por tierras ejidales de esa región. Además de que se mencionó que no se han trabajado en el territorio estrategias claras para la inclusión de juventudes, pero que se trata de fortalecer la identidad maya como punto de partida para defender los derechos humanos.
El tercer día, 25 de mayo, visitaron las instalaciones del colectivo Muuch kambal y la comunidad Ich Ek en el estado de Campeche. Se intercambiaron experiencias con más de 30 jóvenes mayas sobre alianzas regionales para la defensa de la vida como por ejemplo el recorrido de lucha del colectivo Chenero (la región de los Chenes y la defensa de su territorio en contra de los cultivos transgénicos. Además se plantearon estrategias de trabajo con juventudes como la realización de murales colectivos, la promoción de música en idiomas locales como el rap en maya, el huapango en nahuat y el teatro. Además de resaltar la presencia de lideresas indígenas en la lucha por los bienes comunes de los territorios que se habitan.
El día último de la Caravana realizaron un Conversatorio Peninsular, al que asistieron alrededor de 30 jóvenes urbanos (ciudad de Mérida) y rurales (nahuas y mayas) , de entre 18 y 35 años, para generar un espacio de vinculación y diálogo interseccional e intergeneracional, con el fin de incidir en políticas públicas y hacer valer la voz de las juventudes en la construcción de los programas de desarrollo rural, municipal y federal, así como también para reafirmar intereses en común y explorar la posibilidad de articularse a nivel regional y nacional.